CIMES SILVA - La Empresa de Agua que Empezó a Facturar Online
CIMES SILVA - La Empresa de Agua que Empezó a Facturar OnlineEl punto de partida
Lisandro Silva me contactó después de seguirme en Instagram durante un tiempo. Me escribió porque quería que lo ayudara con la empresa familiar: CIMES SILVA, una distribuidora de dispensers de agua y agua saborizada con más de 50 años en el mercado. La empresa tenía un gran producto y una red de franquicias, pero su estrategia de ventas seguía siendo tradicional, basada en el puerta a puerta. No tenían publicidad digital ni presencia relevante en redes. El potencial estaba ahí, solo faltaba un sistema para escalarlo.
Cuando arrancamos, no había contenido estratégico ni anuncios en redes. Solo vendían por recomendaciones y con esfuerzo físico diario. La pregunta era clara: ¿cómo pasamos de un modelo de venta tradicional a uno digital sin perder la esencia del negocio?
Lisandro estaba comprometido. Desde el principio se metió de lleno en el proceso y entendió que esto no era magia, sino trabajo en equipo. Diseñamos una estrategia que combinaba contenido con humor y cercanía, usando al equipo de CIMES para mostrar la empresa desde adentro, haciéndola más humana y auténtica.
En paralelo, armamos campañas de publicidad enfocadas en dos segmentos principales: familias y empresas. Las empresas generaban mayor retorno ya que las suscripciones eran mayores, mientras que las familias tenían un ticket promedio menor pero aportaban volumen y estabilidad. Ajustamos el mensaje para cada público y lanzamos campañas localizadas por zonas estratégicas de reparto.
El resultado fue inmediato: los mensajes comenzaron a llegar. Muchísimos mensajes.
En pocos días, pasamos de cero a recibir más de 50 mensajes diarios. El problema era que Lisandro los respondía personalmente y no daba abasto. Si no resolvíamos esto rápido, el crecimiento se iba a convertir en un cuello de botella.
La solución fue implementar un bot con IA en WhatsApp para filtrar consultas y automatizar la asignación de pedidos. Después de entrenarlo, Lisandro pudo delegar la gestión de clientes y enfocarse en mejorar la operación.
La estrategia funcionó mejor de lo esperado. En septiembre, logramos más de 500 mensajes mensuales y redujimos el costo por cliente potencial en un 31.13%. La facturación llegó a $1,498,000 con solo $120,000 de inversión publicitaria.
En octubre, superamos los $3,000 USD de facturación y en noviembre ya estábamos en $5,000 USD con inversiones que no pasaban los $250 USD. En diciembre, Lisandro decidió formar su propio equipo de marketing interno y cerramos la etapa de trabajo juntos.
Este proyecto demostró que no se trata solo de vender más, sino de construir una estructura que sostenga el crecimiento. Y eso es lo que hace la diferencia entre un negocio que sobrevive y uno que realmente escala.